El valor de la lotería

 

A mi hermana Chela…la reina de la charada

Hace tiempo anda traspapelada esta historia de familia que quiero terminar un día… no son más que «retazos de cuentos» de mi madre, los «personajes» de mi padre que desfilan también por mi memoria, algo de lo que vieron mis ojos de niña, lo sucedido en esos llanos inmensos del sur de Camaguey. / Chela acaba de ganar la “Bolita”. Un sueño repetido: los hermanos; el número 86, una apuesta, 15 pesos de fondo, una jugada. 1 050 pesos. Un viaje a La Habana. Así sucedió al abuelo un día…

———————————————

Yo también como carne

A Bayona, que vive en el recuerdo

En el año 1992 había apretado la escasez a tal extremo que la gente hacía bistec con la corteza de la toronja, la adobaban con sal, limón, ajo y alguna yerbita…así «pasaban» la tajada por la sartén sin grasa para imaginar un pedazo de carne, y fue el salvavidas de algunas familias –cuentan aquellos a los que le tocó lo peor del llamado período especial en Cuba.

Una de Fidel y otra de Chávez

Susana es mi amiguita, mi consejera muchas veces cuando me descubre la depresión del alma, que no adivinan mis parientes más cercanos, pero es sobre todo quien me hace reír de lo lindo, porque es una loquita inteligente, culta y original que vive en mi piso hace 11 años.

Chantaje amoroso

Ahora estoy “buscando” una plegaria para que mi hijo Tomás salga bien en este examen  de hoy, eso quiere decir que todavía no sé rezar, que no aprendí nunca, pero en momentos como este hablo con Dios y enciendo una vela como cualquier buen creyente.

Facebook, mi Rey Mago

Esta mañana me he quedado en la cama repasando momentos de mi infancia. Me recuerdo “piojosa” y vivaracha, estudiosa, preguntona, leguleya e inconforme. También líder, de lo que ya me queda bien poco. Dibujo en mi mente aquel 6 de enero cuando ya sabía escribir y comienzo hacer mi carta dedicada a los Reyes Magos… mi madre «lee con dificultad”  aquella larga misiva pidiendo a Melchor, Gaspar y Baltasar lápices, libretas, libros, colores, cuquitas y chocolates.

El nacimiento, la cena y el arbolito

Teníamos un pollito flaco de unas tres libras más o menos, pero aprovechamos la ocasión de aquel 24 de diciembre para invitar a cenar a una “amiga” que se había casado por tercera vez y queríamos conocer a su prometido, y así no pasaba por alto la fecha que volvía poco a poco a retomarse como “festiva” en Cuba.

Los locos de mi pueblo

Mis hermanas mayores recuerdan con gracia a Agua Bella, aquel señor
ciego que durante años paraba el tránsito en el pueblo de Vertientes porque él jamás esperó en una esquina a que alguien se compadeciera de su ceguera y lo ayudara a cruzar… él simplemente atravesaba las calles y que los demás esperaran, a tal punto llegó su osadía que en el pueblo quedó para siempre aquella pregunta popular: ¿Y tú te crees que eres Agua Bella? solo para significar que el distinguido personaje hacía lo que le daba la real gana.

De huevos, pollitos y gallinas

Mi amiga Giselle me dijo que alguien influyente en la avicultura cubana le comentó la idea de vender  “ huevos deshidratados”… y rompemos a reír de lo loco que sería ponerle a los hijos en el plato: arroz, frijoles negros y huevo en polvo… Le cuento entonces estas historias que me vienen a la mente.

Fuenteovejuna

Un lugar perdido en la geografía y con nombre que no me gusta, fue el predilecto de mi vida. Sola, un poblado citrícola en Sierra de Cubitas donde enclavaron muchas de aquellas escuelas secundaria y preuniversitarias que marcarían el destino de la mayoría de los jóvenes de mi generación.

Las escuelas que » soñó Martí y Fidel puso en práctica»  vinculando el estudio con el trabajo estaban de moda, más que eso, era la única opción entonces para estudiar el Bachillerato o Preuniversitario, junto a las famosas Vocacionales que ya existían en casi todas las provincias del país, con mejores condiciones de todo tipo para los «aventajados”.

Su sombra

Le desmentiría si dijese que ella fue feliz, esperaba mucho más de la vida

Nació en el campo, entre palmas y matorrales, oyendo el pito del tren y el canto de los gallos

Tuvo padres amorosos y un montón de hermanos

Casa confortable después

Cama compartida por falta de espacio

Siente todavía el olor del melao de caña y el pito del central

Recuerda los caramelos de Genaro en forma de ocho

Nació en el año de la Alfabetización: escuelas, libros y educación excelentes